![]() Todo el mundo escribe. Alguien me comentó el otro día que tiene la terrible sospecha de que en España hay más escritores que lectores. Puede que tenga razón. Y si todo el mundo escribe, ¿qué es lo que diferencia a un escritor profesional de un escritor aficionado? Es una pregunta difícil, porque ¿qué es realmente un escritor profesional? Existe tal cosa? Muchos definirían a un escritor profesional como alguien que vive de lo que escribe. Podría ser un escritor de ficción, un creador de contenidos, un periodista. ![]() Otros lo definirían como alguien que solo escribe. Es decir, no tiene otras ocupaciones laborales. Y otros se contentarían con definir a un escritor profesional como alguien que recibe dinero por lo que escribe, aunque no sea suficiente como para vivir de ello. Esa es otra discusión aparte (y larga). Por mi parte, he intentado dar con las claves de lo que separa a alguien que escribe por afición de alguien que escribe de manera profesional. Y no digo que no sea serio escribir por afición. Si escribes cuando puedes, porque te gusta, sin mayor aspiración, eso es igual de válido, pero tus objetivos serán muy distintos. Intento diferenciar aquí entre los que escriben simplemente porque les gusta y aquellos que escriben con aspiraciones de publicar y recibir una remuneración por su trabajo. Por supuesto que hay escritores que no entran en ninguna de las dos categorías. El Colegio de Abogados del Departamento Judicial San Martín, le da la bienvenida a los nuevos matriculados que prestaron juramento el jueves 21 de septiembre de 2017. Presentación y agradecimientos. Este libro surge, como se indica en el comienzo de ese email que ha llegado a multitud de científicos de todo el mundo, de "mi. Hay escritores buenos, volcados en su arte, que sin embargo no tienen ningún interés en extraer rendimiento económico de su obra. . Y aficionados que no dedican apenas tiempo ni trabajo a su arte y que sin embargo intentan comercializarlo por todas las vías posibles.No es mi intención hablar aquí de esos casos intermedios.Como ya he dicho, quiero analizar lo que diferencia a la gente que escribe por afición y la gente que pretende profesionalizarse. Tal vez mi intención es intentar demostrar todo lo que implica el duro camino del escritor que pretende vivir de lo que crea.Tal vez mi intención es solamente divertiros, que paséis un buen rato.Tal vez solo busco que compréis mi libro. more. Nunca lo sabréis!Quiero dejar constancia de que los puntos que enumero a continuación son el resultado de mi percepción de los escritores profesionales que conozco, mi propia experiencia intentando cruzar el temible valle de la afición a la profesión y, sí, comentarios de escritores profesionales en internet.Estoy segura de que muchos de vosotros podréis aportar más diferencias que nazcan de vuestra propia escritura y experiencia, y puede que haya puntos con los que no estáis de acuerdo.
No dejéis de darme vuestras opiniones en los comentarios. Allá vamos.¿Listos para la primera diferencia? Seguro que sois capaces de adivinarla, porque no dejo de repetirla en el blog: 1. Hábito. Sí, así es. El escritor profesional escribe. Escribe todos los días. Y cuando no escribe corrige, piensa, adelanta estructuras, se documenta. Hay excepciones, claro. Hay escritores que escriben dos semanas del tirón y luego se dedican a corregir durante otras dos semanas. Hay escritores que dedican un mes al año a irse muy lejos de viaje y reiniciar el cerebro. Cada persona tiene un proceso diferente. Pero lo que suelen tener todos los escritores profesionales en común es que han encontrado un sistema de trabajo que les funciona bien y lo mantienen a rajatabla. Los escritores profesionales, al igual que cualquier otro profesional (sobre todo si trabaja desde casa), tienen una rutina, o una serie de objetivos, o un sistema, y cumplen. Tal vez en pijama, pero cumplen.¿Qué más tiene el escritor profesional? Una plataforma. Puede ser una web, un blog, un canal de Youtube, una cuenta de Twitter… pero el escritor actual que intenta profesionalizarse tiene un hogar virtual, un punto de contacto con lectores, ya obtenidos y potenciales. También hay excepciones, claro. Hay escritores que consiguieron entrar en una editorial grande y que poco a poco han ido publicando y haciéndose un hueco. Pero las posibilidades de publicación a este nivel son escasas, y hemos llegado a un punto en que las editoriales buscan a autores que tengan ya un seguimiento formado, ya que implica un mínimo de ventas aseguradas. Todo está cambiando. Estoy viendo a autores que vivían con cierta comodidad gracias al sistema tradicional de edición y que ni siquiera tenían página web, y para ellos la situación ya no es la misma, ni de lejos. Los anticipos son más bajos, las ventas más escasas, el dinero ha menguado.Las compras cada vez están más dirigidas por el mercado presente en internet (en el Reino Unido, por ejemplo, las compras online de libros ya superan a las compras en librerías. Youtube Downloader Pro Ytd Rar Files . Llevan ya más de un año en las mismas en EEUU).Los autores que ahora mismo despuntan, que se están manteniendo en el mercado, suelen tener una plataforma bien establecida y un seguimiento virtual marcado.¿Significa esto que tienes que ir corriendo a hacerte ocho cuentas en Pinterest, Linked. In e Instagram? No. Encuentra la plataforma que más te gusta y concéntrate en ella. Estúdiala, observa cómo funciona y dedícale trabajo. Lo cual nos lleva a…3. Una inversión considerable de tiempo. Esto es horrible, porque por desgracia el trabajo del escritor ya no se limita a escribir. Ahora todos tenemos que ser expertos en social media, en mercadeo, en nuevas tecnologías, en edición, en diseño y en mil cosas más. Cada vez hay menos intermediarios, así que el escritor se ve haciendo el trabajo del editor, del diseñador, del corrector y del departamento de promoción. Empezar a escribir y practicar, crear un libro, dos, tres, no exige demasiado tiempo, solo dedicación. Pero lo preocupante es que para ir más allá, para profesionalizarse, uno tiene que ser una especie de hombre orquesta que además de tocar todos los instrumentos del mundo tiene que saber jardinería avanzada, arqueología alienígena y cocina submarina. Tal cual. Los escritores que conozco que (mal)viven de lo que escriben, sobre todo los de ficción (la creación de contenidos es otra historia), viven por y para escribir y todo lo relacionado.¿Significa esto que tienes que dejar tu trabajo (y tu vida) para ser escritor? No, claro que no. Ni se te ocurra, porque morirás de hambre. Simplemente contémplalo como un objetivo a largo plazo: deberás ir ampliando poco a poco el tiempo dedicado a todo lo “escritoril”. Pero piensa que cuanto más escribas y más desarrolles todas las habilidades que necesitas, mejores serán tus productos y tu oferta y más cerca estarás de obtener dinero a cambio. Por lo que podrás ir dedicándole más tiempo. Y hablando de malvivir…4. Saben cuándo trabajar gratis (y cuándo no hacerlo)Muchos profesionales de todos los sectores coinciden en que es una mala cosa el trabajar gratis. Primero, porque incita a clientes y demás a aprovecharse de tu talento y esfuerzo; segundo, porque rebaja la percepción de estos del valor de un trabajo, por lo que otros profesionales tendrán que bajar sus tarifas o incluso ofrecer los mismos servicios de forma gratuita. Y reconozco que a veces doy saltitos ridículos de frustración cuando veo a supuestos “profesionales” ofreciendo sus servicios a precios bajísimos. Entiendo que las cosas van regular y todos estamos desesperados, pero bajar tanto los precios no solo te afecta a ti, también nos afecta a todos los demás. Pero por algún lado hay que empezar, y del mismo modo que un traductor recién salido de la facultad no cobra lo mismo que uno que lleva dieciocho años trabajando (o no debería, por lo menos), un escritor que empieza sabe que tiene que escribir gratis. Para participar en antologías, o para salir en revistas, o para colaborar con un blog que tenga difusión. Es una manera de posicionarse, de que tu nombre empiece a sonar. Un escritor profesional, alguien que lleva años escribiendo y sabe que tiene ya una calidad contrastada, no suele aceptar propuestas de trabajo gratuito. Simplemente no le compensa. En el tiempo invertido en realizar ese encargo sin remuneración, puede realizar algo con más posibilidades de venta (y que además le apetezca hacer). Puede que, de vez en cuando, realice encargos gratuitos, si considera que merecen la pena. Pero todos los escritores deberíamos dejar de contestar correos electrónicos donde alguien nos ofrece participar en cosas que nos venden como “una gran oportunidad”, cuando realmente solo nos van a ofrecer una muy escasa visibilidad, mucho trabajo y esfuerzo, y una remuneración nula.
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November 2017
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